jueves, 19 de diciembre de 2013

Hola, mundo.



Observé la ventana en negro,
no vi nada
pero ahí fuera estaba el mundo
enfermo.

Crepita el ansia de creer,
de que escondo
en mis ojos la razón por la que ya
no quiero ver,

de libros viejos que ya no cuentan
los secretos
que el mundo ya conoce,
a tientas.

Me he reconciliado con el frío
cortante, y necio,
del cajón del desprecio, antaño
vacío.

Intenté apagar la llama que arde,
que doblega
mi conciencia y la ata al mundo real,
era tarde.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Vida



Fue la noche. Oscura y vacía como tantas, triste y necesaria como pocas. Los pies pisaban como plomo el pavimento y un reguero de luces se mezclaban con el jazz en mis oidos. Un ritmo decadente que acababa en apagón. Un deseo marchito en aquella farola parpadeante. Una voz sin eco; verde, naranja, atrapada, que narraba mi andar como quien narra una derrota, como si el final fuese cercano y todos conocieran la película.
Yo acabado y con una vida por empezar. Sentado en el portal bebiendo un trago de algo que sabe a tristeza. Un potente enmudecedor de mi conciencia que a gritos pide escapar. No hay prisión que la contenga si olvidé las cerraduras en el bar. Si canté viejas canciones o si recordé tiempos pasados... no fui yo, fue el coñac. Fue la noche disfrazada, prostituta de la esencia; corruptora del alma. Besa con lengua al final.

No quise llorar, mas hubo lágrimas. Solo pude morir un poco más, acercar los dedos a la pútrida luna de hueso; consumir la energía de los besos.

No vi amanecer. Ya estaba muerto.

miércoles, 21 de agosto de 2013

Espejo roto



Anocheces amor,
amaneces indiferencia,
te miras al espejo las dudas
y te afeitas la inocencia.

miércoles, 3 de julio de 2013

El hombre aleatorio



Desde que juego con los dados
no encuentro motivos,
solo un seis que se convierte
en una orden que recibo.

Agacho la cabeza y cumplo
con mi deber, no cuestiono,
no hago acopio de dudas,
ni sus designios traiciono.

Es la vida fácil
de quien se sabe perdido
en un mundo que no entiende
y que jamás nadie ha entendido.

Una puerta trasera,
semiescondida, que abre paso
a un mundo ajeno y libre
donde no existe el fracaso.

¡Ah, aquel tiempo roto!
Tomando decisiones en vasos
de amargo sabor, cumpliendo
promesas de un valor escaso.

¡Ah, tragedia inerte en la poesía!
No importan los colores que la vida irradie
cuando finalmente te das cuenta
de que nunca fuimos nadie.

domingo, 2 de junio de 2013

Luto



Marcho al viaje;
lleno de nada
las maletas.
Quemo las fotos
que no existieron
y pongo el cerrojo
a la entrada aciaga
por la que un día
entró una sonrisa.
Hoy sale un muerto.

viernes, 31 de mayo de 2013

El tiempo/espacio roto



Y cómo hago para esconder
las ganas de deshacer
el tiempo atado al miedo
que no supiste dar forma
y que en la más oscura noche
juraste lo que ahora te asusta.

lunes, 20 de mayo de 2013

Capítulo XIX



Sombra incesante de versos añejos
que trepa en mi alma como enredadera
y pliega mis sueños de piedra y cartón
se cierne en lo ocuro de mis pensamientos
y acecha a sus presas desde aquel rincón.

Concilio de necios, arreglo de tontos,
y yo en la poltrona como mediador
de disputas sin dueño, de antaño
caricias que hoy saben a alcohol
destilado en promesas sucias de amor.

No tropiezo en el camino, soy la piedra.
En la refriega el batallón,
en desánimo el cansancio breve
de quien sufre sin razón
y muere descansado.

Amigo de las farolas que llevan
a ningún lugar, que alumbran
caminos que nadie nunca
llegará a pisar. Que tus brazos
apagados no se abrirán nunca más.

Corteza de la rabia contenida
teme al leñador y no al incendio,
quema la savia con las frases
que le sobran en los recuerdos,
que alimentan al fuego eterno.

Y la tormenta lo apacigua,
el agua acaba con sus dudas,
mira sus ramas y están rotas,
su corteza descosida.
Comienza la nueva vida.

martes, 23 de abril de 2013

Mi secreto



Es en frías noches de soledad como ésta en las que me doy cuenta de la importancia de la escritura.
Una marea de voces blancas y apagadas se agolpan en la mente, atosigan a tu cordura y te arrebatan el sueño. Voces blancas y apagadas que susurran pensamientos que rara vez se materializan en frases con sentido.
Están malditas. Están malditas y lo saben. Buscan despojarse de su carga y del vacío en el que se encuentran. Admito ser el precursor de su litigio, el soplo de viento que aviva la llama de su desesperación, y por ello cargo con el pesar de su condena.
Orgulloso reo de la codicia por ser letra, escrito, hoja, poema, libro. Vida.
Y en las noches como esta en las que el viento porta soledad y la pasea por las ciudades, me dejo acompañar por el recuerdo que nunca tuve, por la inocencia de un futuro roto y desmembrado.

Es ahí donde escondo la poesía.