martes, 22 de abril de 2014

Itinerante



La cama sin hacer,
un viejo libro se yergue
entre sábanas, húmedas
y ancladas a tus senos,
gritando un quedo 'vuelve'.

Grácil desventura
que derrumba los escombros,
edificados, hiératicos
y amontonados sin éxito
sobre el cimiento de mis hombros.

Ya no hay versos apilados
ni hay amor en el querer,
no hay tesoros bajo llave
en los secretos de tus fueros
que haya añorado desde ayer.

Pero mañana ¡ay, mañana!
entre hielos de nostalgia
brindaré por una incertidumbre,
una pizca de casuales
y un ilusionista sin su magia.

Y no creo fácil esta empresa,
mordiendo los nudillos de la vida
y desechando a manos llenas
lo vacío de un alivio y
lo fútil de una cremallera en la herida.

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