domingo, 16 de enero de 2011

Trilogía experimental de una despedida [III]



Tercer acto: Asfalto mojado.

Este mes que empieza
y no se acaba
y jamás terminará
porque este mes
será infinito y
en el infinito quedará

me quedé mirando
las estrellas que no miran
que no miras, porque
solo tienes ojos
para verme
casi (casi) como un resorte.

Era casi (casi) como una escena
de esas películas
que nadie ve
pero que todos aman,
como yo te amo,
incondicionalmente.

Hasta que todo terminó
y, como en las películas,
nadie quiso explicaciones.
Tu camino y mi camino
ya no eran algo de tierra y pequeño
sino autovías de carriles con camiones.

Tú viraste
y yo también.
No hacia el mismo lado
pero sí, sin entenderlo,
francamente, con el mismo
objetivo marcado.

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